Autor original: Maria Eduarda Mattar
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Las compras excesivas o inadecuadas de armamento son una sangría sobre los recursos sociales y económicos que los países en vías de desarrollo no pueden permitirse. El artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas reconoce que todo Estado tiene derecho a la defensa individual y colectiva. Sin embargo, la Carta exige además a todos los Estados miembros “el respeto universal a los derechos humanos y a las libertades” (artículos 1, 55 y 56) y los exhorta a “promover el establecimiento y mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales con la menor desviación posible de los recursos humanos y económicos del mundo hacia el armamento” (artículo 26). Además, la mayoría de los Estados han ratificado el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales para contribuir a la materialización progresiva de esos derechos mediante la ayuda y la cooperación internacionales.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) acordados en septiembre del año 2000 por los 189 Estados miembros de la ONU no se alcanzarán si se desvían los recursos a transferencias inadecuadas de armas. Según James Wolfensohn, presidente del Banco Mundial, existe un “desequilibrio fundamental” en el hecho de que el mundo gaste 900 mil millones de dólares en defensa, unos 325 mil millones de dólares en subvenciones a la agricultura y sólo entre 50 y 60 mil millones de dólares en ayudas al desarrollo.
Los países de África, Latinoamérica, Asia y Oriente Próximo poseen el 51% del armamento pesado mundial. Tanto los importadores como los exportadores de armas deben garantizar que las transferencias de armas no perjudiquen el desarrollo sostenible: una combinación de crecimiento económico y progreso social que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades. En el caso de los exportadores de armas ya existen varios mecanismos de control de exportaciones que contemplan este requisito, al igual que el Tratado sobre Comercio de Armas propuesto. Sin embargo, resulta sorprendente comprobar que son pocos los gobiernos que intentan seriamente valorar el impacto de sus exportaciones de armas sobre el desarrollo. Cuando estos compromisos se reflejan sólo en buenas palabras, las armas caen en malas manos y se desvían los escasos recursos destinados a la lucha contra la pobreza, lo que lleva el sufrimiento a millones de personas. A fin de proteger los derechos sociales y económicos de la población de los países en vías de desarrollo, es imprescindible que los gobiernos exportadores apliquen una metodología eficaz y sistemática para evaluar si las transferencias de armas propuestas afectarán el desarrollo sostenible.
La metodología de evaluación debe reconocer que las posibles consecuencias de una transferencia de armas no siempre están bien delimitadas, y tiene que valorarlas junto con las necesidades de seguridad legítimas del país y el respeto a las normas internacionales sobre derechos humanos. En muchos casos, los países que importan armas pueden tener necesidades legítimas de defensa. Sin embargo, los costes que implican estas necesidades deben valorarse en relación con la situación de desarrollo del país: ¿los beneficios de la transferencia para las necesidades legítimas de seguridad son mayores que su coste en forma de impacto sobre el desarrollo del país? Aunque las necesidades de seguridad de un Estado sean prioritarias, ¿se puede esperar del gobierno importador que cumpla la legislación internacional de derechos humanos?
Seguridad y desarrollo: valoración de los costes
Las transferencias de armas pueden ser imprescindibles para satisfacer las necesidades legítimas en materia de seguridad de los Estados, o para que sus fuerzas de seguridad puedan proteger mejor a la ciudadanía. Según un estudio del Banco Mundial, la seguridad es una de las principales prioridades de la población pobre de todas las regiones del mundo y una condición necesaria para mejorar su calidad de vida. Sin embargo, para que las transferencias de armas contribuyan al desarrollo, deben sopesarse cuidadosamente los posibles beneficios en materia de seguridad y compararlos con una visión más amplia de las necesidades de desarrollo del país importador y de los derechos humanos de su población. Los costes de oportunidad de algunas transferencias de armas recientes demuestran la relevancia de esta afirmación.
En 2002, las transferencias de armas a Asia, Oriente Próximo, Latinoamérica y África constituyeron el 66,7% del valor del total mundial, con un coste monetario de 17 mil millones de dólares. Cerca del 90% de estas ventas procedieron de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Mientras tanto, en esas regiones:
• más de mil millones de personas deben subsistir con menos de un dólar diario;
• uno de cada cinco niños y niñas no termina la enseñanza primaria;
• más de 14 millones de niñas y niños perdieron al padre, a la madre o a ambos como consecuencia del sida en 2001;
• cerca de 800 millones de personas sufren hambre crónica;
• medio millón de mujeres mueren durante el embarazo o el parto cada año.
El uso indebido de las armas puede dificultar aún más el desarrollo. Las transferencias de armas irresponsables pueden incitar a fuerzas armadas poco solventes y mal formadas a reprimir los derechos humanos y el desarrollo democrático, facilitar una explotación brutal de los recursos naturales, contribuir a la degradación medioambiental y hacer que aumente la violencia contra las mujeres. En estos casos no se satisfacen las necesidades de desarrollo del país y, en algunas situaciones, pueden incrementarse aún más: la pobreza puede intensificarse y las desigualdades ampliarse, el acceso a los servicios básicos puede ponerse en peligro y los medios de subsistencia verse amenazados.
Promesas incumplidas
El derecho al desarrollo sostenible viene recogido en los instrumentos y declaraciones internacionales en defensa de los derechos humanos. Además, los gobiernos exportadores, a través de mecanismos regionales y multilaterales de control de la exportación de armas, han asumido compromisos concretos para tener en cuenta el impacto de estas ventas sobre el desarrollo sostenible de los países importadores a la hora de decidir la concesión de licencias de exportación de armas. Los Principios Reguladores de las Transferencias de Armas Convencionales de 1993 de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), el Código de Conducta de la UE de 1998, el Documento sobre Armas Pequeñas y Ligeras de la OSCE de 2000 y el Acuerdo de Wassenaar sobre Buenas Prácticas para las Armas Pequeñas y Ligeras sentaron las bases para tener en cuenta específicamente el desarrollo sostenible en las transferencias de armas. Sin embargo, en demasiados casos, los gobiernos exportadores no respetan los compromisos que han asumido, lo que es inadmisible. Los Estados exportadores deben implicarse más a fondo en el efecto de las transferencias de armas sobre el desarrollo sostenible, adoptando una metodología de evaluación minuciosa y transparente.
De las promesas a los hechos
El desarrollo y la adopción de un Tratado internacional sobre Comercio de Armas brinda la oportunidad de establecer esta metodología y de fortalecer los mecanismos regionales y multilaterales de control de transferencias. Una vez adoptado, el Tratado sobre Comercio de Armas será un instrumento internacional de control para garantizar que todos los países actúen siguiendo los mismos criterios para las transferencias de armas. El artículo 4c del tratado propuesto establece que, salvo en caso de necesidades legítimas de defensa, deben impedirse las transferencias de armas que puedan afectar negativamente el desarrollo sostenible. Los estudios realizados para este informe han determinado que los siguientes tres niveles de análisis son clave en el desarrollo de una metodología para llevar a cabo esta evaluación:
• Identificar aquellas ventas de armas que pueden ser preocupantes mediante preguntas que determinen si hay indicios de riesgo. Estas cuestiones deben tener en cuenta la importancia del valor económico de las transferencias de armas, considerando la situación de desarrollo del país importador.
• Establecer el nivel de desarrollo y de seguridad humana de los países importadores mediante indicadores. Los indicadores no sólo deben recoger las características económicas, sino también las de desarrollo humano y social, y deben incluir una evaluación del progreso del país importador en relación con la consecución de los ODM, el desarrollo en materia de género y la seguridad humana.
• Analizar más a fondo el contexto del país de destino para evaluar la idoneidad de cada exportación de armas. Los factores clave a examinar son acción gubernamental, el proceso de toma de decisiones sobre adquisición de armas, la racionalidad e idoneidad de la importación y la capacidad de asumir el gasto justificado, así como la capacidad industrial, tecnológica y técnica del país importador.
Este análisis debe ser acordado y aplicado por todos los gobiernos exportadores de armas con efecto inmediato, como herramienta para impedir que se venda armamento a países donde pueda afectar al desarrollo sostenible y, por tanto, se desvíen los escasos fondos destinados a la lucha contra la pobreza.
En el capítulo 5 de este informe se describe la metodología propuesta con más detalle. Su estructura y principios se basan en los conceptos que se derivan de las investigaciones presentadas en los capítulos anteriores: las bases del desarrollo sostenible y la importancia de las transferencias de armas a ese respecto (capítulo 1), los diferentes impactos de las transferencias de armas sobre el desarrollo sostenible (capítulo 2), un compendio de las prácticas de exportación actuales en relación con el desarrollo sostenible (capítulo 3), y un estudio de los principales aspectos de gobernabilidad, seguridad y desarrollo en el contexto del exportador (capítulo 4).
* Este texto é o resumo do relatório "Armas e Desenvolvimento", elaborado pela Campanha Armas Sob Controle, da qual fazem parte Anistia Internacional, Intermón Oxfam e a Rede Internacional de Ação contra Armas de Pequeno Porte (Iansa, da sigla em inglês). A íntegra, em espanhol, pode ser obtida na área Downloads desta página. O relatório foi publicado originalmente em www.controlarms.org.
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