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Seminario sobre Filantropía, Responsabilidad Social y Ciudadanía en Antigua, Guatemala

Autor original: Flavia Mattar

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Cerca de un centenar de representantes de organizaciones no gubernamentales (ONGs) de toda América Latina, el Caribe y la comunidad hispánica de los Estados Unidos se reunieron en un seminario en la Antigua, la primera capital guatemalteca, para reflexionar sobre Filantropía, Responsabilidad Social y Ciudadanía, a la luz de las experiencias realizadas en el marco del Programa de Filantropía y Voluntariado iniciado seis años atrás por la Fundación W. K. Kellogg (WKKF).


En ese lapso, la Fundación apoyó 61 proyectos encarados por 50 instituciones de 12 diferentes países americanos, con donaciones por un monto global de 13.3 millones de dólares.


La organización del seminario, que se desarrolló entre los días 3 y 5 de abril último, fue llevada adelante por el Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES), de Buenos Aires.


La apertura de la reunión corrió por cuenta de Andrés Thompson, director del Programa de Filantropía y Voluntariado para Latinoamérica y el Caribe de la Fundación Kellogg, quien invitó a los participantes al intercambio de ideas, a discutir y a reflexionar con los demás, para alimentar el debate sobre el rol presente y futuro de las ONGs en las Américas y ayudar a su crecimiento.


La nutrida agenda de la reunión incluyó la presentación de la nueva programación para América Latina y el Caribe, a cargo del brasileño Francisco Tancredi, director regional de la WKKF. Estas líneas programáticas giran en torno de dos estrategias fundamentales.


La primera consiste en brindar apoyo a un conjunto integrado de proyectos que demuestren, en conjunto, ser capaces de romper el ciclo de la pobreza. y lograr un proceso sostenible de desarrollo social y económico en una micro-región, a través de la participación y el liderazgo de los jóvenes de esas comunidades.


La segunda estrategia consiste en desarrollar y aplicar conocimientos y buenas prácticas para lograr cambios sistémicos sostenibles dentro de cuatro enfoques programáticos.


Los enfoques seleccionados para la inversión son: Desarrollo de liderazgo, Ciudadanía y responsabilidad social, Creación y fortalecimiento de instituciones y alianzas estratégicas y, por último, Tecnología de la información.


Inés González Bombal, del CEDES, se refirió a las iniciativas encaradas en conjunto por la Fundación y ese centro de estudios y destacó un novedoso proyecto: la creación de una red global de responsabilidad social en torno del deporte, los atletas y las organizaciones vinculadas, desde la industria de indumentaria deportiva hasta la televisión.


Además se presentó un informe de evaluación sobre las iniciativas regionales respaldadas por la Fundación, producido por Olga Lucía Toro, de Colombia, y Elena Vila Moret, de la Argentina.


Las conclusiones de ese informe sugirieron los temas para los cuatro paneles que incluyó el seminario: Voluntariado y formación de recursos humanos, Producción, circulación y recepción de conocimiento sobre el tercer sector, Prácticas institucionales en el tercer sector e Impacto o eficacia del tercer sector sobre la sociedad, que dieron lugar a animados debates.


También hubo una mesa redonda sobre Relaciones intersectoriales, en la que participó la primera dama del Brasil, dona Ruth. La esposa del presidente Fernando Henrique Cardoso es una activa referente del trabajo social en su país a través de la organización Comunidade Solidária.


En un intento por reflejar el rico diálogo de esos días se sintetizaron algunas ideas que resumen el estado del debate en el Tercer Sector y sobre el Tercer Sector en América Latina:


a) El Tercer Sector ha ganado en visibilidad y en identidad. Se ha superado ya la etapa en que se preguntaba: ¿quiénes somos? ¿cómo ser reconocidos por otros? y se está ingresando a un nivel más complejo en el que el Tercer Sector se quiere pensar en relación a otros actores -el estado y el mercado-, pero sobre todo busca responder a una pregunta básica: ¿qué impacto tiene su accionar sobre la sociedad en su conjunto y en particular sobre el bienestar de las personas más desfavorecidas?


b) Sigue siendo necesario fortalecer a los líderazgos y a las organizaciones. Pero ni unos ni otros son un fin en sí mismos. La finalidad que otorga un sentido al Tercer Sector es algo que excede a las personas y a las organizaciones: son las causas que se invocan y que legitiman sus acciones tales como la igualdad, los derechos, la ciudadanía, el desarrollo sustentable, el combate a la pobreza, etc.


c) Si lo que anima al Tercer Sector son las causas que defiende, el Tercer Sector está al servicio de lo público y no debe ser la mera expresión corporativa de asociaciones de intereses privados. Es esta vocación por lo público lo que le da legitimidad para ser una voz en el espacio público, un actor para la incidencia en políticas públicas


e) El Tercer Sector no lo puede todo por sí mismo. Enfrentadas sus organizaciones a los desafíos de defender y atender a las víctimas de un modelo de desarrollo que acrecienta la exclusión social y restringe la ciudadanía, reconoce que es necesario no sólo actuar sobre los efectos sociales sino también participar en el debate y la búsqueda de alternativas sobre las causas que ordenan estos sistemas sociales injustos.


d) El Tercer Sector no existe en el vacío; sus organizaciones viven y actúan en sociedades atravesadas por el poder, el conflicto, la política, que afectan el destino de sus organizaciones y en especial de las poblaciones que atienden. Y en ese sentido, el Tercer Sector no tiene, y no tiene por qué tener, posiciones unívocas. Es necesario respetar el pluralismo y no temer al conflicto.


Examinando el desarrollo del Tercer Sector en América Latina en los últimos años y la participación de la Fundación Kellogg en ese proceso, se llega a una conclusión general: se ha logrado constituir un campo de debate de ideas, de producción de conocimiento, de intercambio de experiencias, en el que empiezan a aparecer diferentes posiciones. Es decir, este campo no es homogéneo, sino que expresa diversidad, pluralidad e incluso conflicto. Hay ahora un espacio común en el que líderes y organizaciones se reconocen como integrantes y participan en una lógica de la disputa. "Cuando hay un campo es necesario que haya posiciones encontradas, que haya disputa; si no, no se crece", señaló Andrés Thompson.


IGB/ETM







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