Você está aqui

Las instituciones sociales de Internet

Autor original: Graciela Baroni Selaimen

Seção original: Artigos de opinião

Luiz Angel Fernández Hermana*


Barro son hombre y jarro, pero no del mismo barro


Las redes ciudadanas emergieron de su II Congreso Mundial – celebrado en Buenos Aires entre el 5 y el 7 de diciembre de 2001 – sentando las bases de nuevas instituciones sociales de la Red. La profunda crisis económica de Argentina, que aleteó constantemente sobre el congreso, no fue óbice para que más de 500 delegados de redes ciudadanas virtuales de los cinco continentes alcanzaran acuerdos que, sin duda, comienzan a "urbanizar" la Red y proyectan una visión muy diferente del proceso de globalización encorsetado por un estrecho economicismo. A pesar de los efectos del 11-S/01, de la guerra de Afganistán, de los intentos de EEUU de meter la mano en Internet y criminalizarla, la reunión de Buenos Aires mostró el otro rostro del ciberespacio: una red multilingüe y multicultural, poblada por ciudadanos activos en la Sociedad del Conocimiento y abocados a construir un mundo diferente del que se nos viene vendiendo en los medios políticos, en los medios de comunicación y en una interpretación de la Red donde sólo cabe comportarse como consumidores.


El II Congreso aprobó crear un "Partenariado Global de Redes Ciudadanas" abierto a las organizaciones de redes ciudadanas, individuos, organizaciones académicas públicas y privadas, gobiernos y empresas. El Partenariado, concebido como un consorcio comprometido con las actividades comunitarias desarrolladas a través de las tecnologías informacionales (TIC), fue concebido por los congresistas como "un nuevo marco experimental a inventar juntos (en lugar de basarnos en la copia de fórmulas tradicionales)". A esta conclusión se llegó tras exponer un verdadero torrente de experiencias procedentes de todo el mundo y de los ámbitos más variados, desde las selvas de Papúa Nueva Guinea y el Amazonas peruano, a los barrios de Dakar, zonas empobrecidas de las grandes ciudades de EEUU, alianzas para la educación en Argentina, Brasil o Ecuador, redes de telecentros esparcidas por América Latina o la India y multitud de movimientos sociales empeñados en superar a través de Internet los efectos deletéreos de la pobreza y el atraso.


La necesidad de reflejar en el mundo real estas actividades del mundo virtual fue uno de los temas de mayor actualidad en el Congreso. En la Red conviven movimientos sociales con objetivos y agendas muy dispares. Como expresó uno de los participantes, no es lo mismo crear redes en el ciberespacio que ocupar el ciberespacio. Esta diferencia la expuso con una claridad meridiana Eusebio Mino Castro, representante de la etnia Asháninka de la selva amazónica de Perú. Mino comenzó su intervención con una declaración del papel que ha comenzado a jugar la Red en la vida de esta comunidad: "Gracias a Internet, hemos aprendido a investigar". Mino explicó cómo han vencido dos de los obstáculos que normalmente se esgrimen en contra del uso de Internet en situaciones como la suya: el atraso y la falta de electricidad. Ni lo uno ni lo otro lograron detener a esta comunidad que consiguió recursos en Perú y en Suecia para acceder a la Red a través de sistemas de radio inalámbricos y de satélites. Así crearon un centro de teletrabajo desde el que, entre otras actividades, los ancianos diseminan conocimiento hacia otras comunidades.



Mino defendió la "investigación de doble vía". Tras acudir a la Universidad de Oxford para presentar la experiencia de los Asháninka, se encontró con numerosas investigaciones sobre su pueblo, todas ellas en inglés. Pidió que se las tradujeran y se encontró con un caudal de conocimientos propios y de su región que ellos desconocían o que nunca habían logrado sistematizar. Como él dijo, "la Red también nos ha enseñado a negociar" y así se selló un acuerdo para que las comunidades locales participen activamente en estas investigaciones y se beneficien directamente de sus resultados. "Sólo a través de las redes virtuales es posible concretar y aprovechar esta doble vía de la investigación", dijo Mino, tras exponer que sueñan con crear una universidad indígena online.

El II Congreso Mundial de Redes Ciudadanas, que fue retransmitido en directo por videoconferencia a todas las provincias argentinas, reflejó fielmente la grave recesión económica que afecta al país anfitrión. No obstante, como explicó en un detallado informe la investigadora y directora del congreso Susana Finquelievich, las redes ciudadanas están registrando un crecimiento constante en su país y se están convirtiendo en centros de la vida comunitaria local y en factores de desarrollo. Finquelievich apuntó que, en la actual coyuntura, resulta muy difícil alcanzar un grado elevado de autosustentación, por lo que es necesaria la financiación externa, ya sea a través de políticas estatales o empresariales. La investigadora propuso en este sentido, como ya se habían expuesto en numerosos talleres, que las empresas instituyeran una especie de "acciones sociales" para que participaran en microemprendimientos comunitarios promovidos por redes ciudadanas.

A pesar de todas las dificultades y de las enormes brechas sociales que conspiran contra muchos de estos objetivos, el congreso de Buenos Aires mostró la vitalidad de una parte de la Red que apenas se asoma al mundo real. Mientras la evolución de la faz económica de Internet ha dominado los debates de los últimos años, miles de redes de distinto signo han tejido un rico tapiz de actividades que proyectan un mundo diferente del que nos asalta todos los días en los medios de comunicación. Una parte de esta realidad es la que trata de recoger el libro "Movimientos Sociales en la Red", de Osvaldo León, Sally Burch y Eduardo Tamayo, publicado por la Agencia Latinoamericana de Información. El volumen testimonia hasta qué punto las tecnologías informacionales, en general, e Internet, en particular, se perciben como instrumentos cuya apropiación permite defender y desarrollar derechos que, de otra manera, no pasarían de ser mera retórica.


*Luiz Angel Fernández Hermana (luisangel@enredando.com) é diretor da revista en.red.ando.






A Rets não se responsabiliza pelos conceitos e opiniões emitidos nos artigos assinados.

Theme by Danetsoft and Danang Probo Sayekti inspired by Maksimer