En nombre del Comité Internacional (CI) del IV Foro Social Mundial de Migraciones (FSMM), Luiz Bassegio, del Grito de las y los Excluidos, al dar la bienvenida a las delegaciones que llegaron a Quito desde diversos países de África, Asia, Europa y América Latina para participar del FSMM, agradeció a la ciudadanía de esta ciudad andina y a las autoridades locales por la oportunidad de realizar este Foro y colocar sobre la mesa debates y reflexiones en torno a las luchas de las y los migrantes por la defensa de sus derechos y por la construcción de un modelo social que construya actores y pueblos en movimiento.Reproducimos aquí fragmentos del discurso inaugural en el que el CI apunta la necesidad de crear espacios de análisis para compartir experiencias, reflexionar y articular las luchas frente a las causas que motivan las desigualdades y discriminaciones y hacen del fenómeno de la migración uno de los graves problemas del mundo actual. “Esta IV edición del FSMM trae de nuevo los espacios de análisis, de compartir experiencias, reflexiones y luchas de los y las migrantes, desplazados y refugiados, a una ciudad de América Latina. El proceso se inició en 2005, en Porto Alegre y en 2006 y 2008, se realizó en Rivas Vaciamadrid, España. “Travesías en el desorden global”; “Ciudadanía Universal y Derechos Humanos”, “Nuestras voces, nuestros derechos, Por un Mundo sin Muros” y finalmente, “Pueblos en Movimiento por la Ciudadanía Universal - derrumbando el modelo y construyendo actores”. Por qué traemos el IV FSMM a Quito, Ecuador, porque a lo largo de los últimos 10 años sus movimientos sociales, entre los que los migrantes y pueblos indígenas son sectores significativos, abrieron espacio a un proceso de cambios que ha empezado a transformar la realidad del país, en forma inspiradora para muchos otros procesos en América Latina y el mundo. Reflejo de ese proceso, que incluyó una Asamblea Constituyente, Ecuador cuenta hoy con una Constitución que proclama un horizonte superador del neoliberalismo, que rescata la visión del Sumac Kawsay, del Buen Vivir de sus pueblos originarios y que, por primera vez, recoge el derecho a la Ciudadanía Universal, el derecho a migrar y no migrar y a la plenitud de los derechos de las personas por encima de las fronteras. Ningún ser humano es ilegal. Es un articulado que interpreta demandas surgidas desde los pueblos en movimiento, desde las y los migrantes, pero sabemos falta aún que se traduzcan en leyes, reglamentos y normativas,que resuelvan el verdadero acceso a los derechos de los migrantes, desplazados y refugiados. Cabe a los movimientos sociales ejercer sus derechos a proponer, controlar, denunciar las inconsecuencias y vacilaciones del proceso y en definitiva hacer carne viva en la sociedad toda esa normativa. Y cabe al gobierno abrir los espacios para un efectivo diálogo, respetando la autonomía y las perspectivas propias de los movimientos sociales. Se trata de un diálogo que a veces puede ser difícil pero que no puede cancelarse, sin prepotencias ni autoritarismos de ningún lado. Más ampliamente, los movimientos e instituciones que formamos parte del FSMM hacemos presente nuestro aprecio y respaldo a la democracia ecuatoriana, recientemente amenazada por quienes ven peligrar sus privilegios e intereses. Al mismo tiempo, expresamos nuestra convicción de que la mayor fortaleza de la democracia reside en el protagonismo popular, en apoyar el proceso de cambios, en la mayor participación de sus movimientos sociales para poner un cerco definitivo a quienes mediante la violencia y la militarización quisieran poner término a la esperanzadora búsqueda de los pueblos. Este IV FSMM trae el dolor y la indignación de nuestras hermanas y hermanos que han sido víctimas de las políticas que fuerzan a migrar, que criminalizan y convierten a las personas en mercancía barata en beneficio del capital o del crimen organizado. Como acaba de ocurrir con la masacre de 72 migrantes, centroamericanos, ecuatorianos y brasileños, en Tamaulipas México, crimen que hasta hoy permanece impune. La ley SB 1070 de Arizona, que criminaliza a los migrantes y a quienes los apoyan y las directivas europeas que han legalizado las detenciones arbitrarias y los centros de internamiento, son muros que se levantan y convierten las fronteras en espacios sin derechos y que ponen en riesgo la continuidad del derecho de protección internacional. Denunciamos también las políticas racistas y xenófobas que expulsan y degradan la condición humana de millones de personas, como el pueblo ROM, gitano, en varios países europeos. La continuidad del drama de los pueblos palestino y saharaui y la criminalización de quienes defienden y apoyan su causa. En esta hora de crisis económica mundial, de crisis climática y ecológica, política y social en que se muestran las lacras de un sistema que depreda la Tierra y superexplota a los y las trabajadoras nativos y migrantes, en que los poderosos pretenden recuperar sus ganancias mediante nuevas guerras de despojo, y menores salarios y miserias de los pueblos, nosotros proclamamos la necesidad de seguir avanzando, derrumbando el modelo y construyendo actores. Todos somos migrantes, ningún ser humano es ilegal. Somos pueblos en movimiento por la ciudadanía universal. Comité Internacional del FSMM Quito, 8 de Octubre de 2010.Fonte: Minga Informativa de Movimientos Sociales
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