Autor original: Julio Cesar Brazil
Seção original:
A Cartilha "Telecentros ...¿Para qué?" foi produzida pela Fundação Chasquinet, do Equador, organização coordenadora do consórcio latino-americano somos@telecentros. A publicação apresenta as características dos telecentros comunitários na América Latina, indica lições aprendidas com a experiência dos mesmos e analisa sua aplicação como meio de promover a inclusão digital - entendendo-os como locais onde as pessoas podem aprender muito mais do que simplesmente trocar e-mails. Podem entender como as tecnologias digitais podem solucionar seus problemas e ajudar no seu desenvolvimento humano integral.
Presentación
Este documento es el resultado de varios años de investigación sobre telecentros comunitarios en América Latina y el Caribe, impulsados por la Fundación ChasquiNet de Ecuador, entre otros, y con el apoyo del programa PAN Américas del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (CIID) de Canadá. En un mundo cada vez más globalizado, la comunicación y el acceso a la información no es un lujo sino un derecho fundamental de los pueblos para conseguir un desarrollo humano integral. Por desarrollo humano integral entendemos el fortalecimiento de la democracia con justicia social, la prosperidad económica con equidad y la realización del potencial humano en sus múltiples dimensiones. En América Latina y el Caribe, como en otras regiones del mundo, las tecnologías digitales presentan una gran oportunidad para el desarrollo humano. Sin embargo, las condiciones de acceso, los costos, y las capacidades para usar y apropiarse de estos nuevos recursos tecnológicos son muy limitadas para las grandes mayorías: los sectores marginados de la sociedad. Si no hacemos algo para cambiar esto, las tecnologías digitales no serán más que una herramienta al servicio de la inmensa minoría (parafraseando el eslogan de una emisora de música clásica). Los telecentros comunitarios, los cuales se han multiplicado en la región, son herramientas que buscan disminuir la llamada brecha digital. Sin embargo, si la brecha digital no es más que una expresión de las desigualdades sociales, económicas y políticas, la solución va mucho más allá que el montaje de telecentros. Más bien se necesitan ambiciosas estrategias de inclusión digital. La inclusión digital promueve no sólo el acceso, sino el uso y apropiación social de las tecnologías digitales: para atender las necesidades de las comunidades, para promover la formulación de políticas públicas, la creación de conocimientos, la elaboración de contenidos apropiados y el fortalecimiento de las capacidades de las personas. De esta manera, la inclusión digital contribuye a mejorar las condiciones económicas, sociales y políticas.
Los telecentros comunitarios son una herramienta poderosa para apoyar el desarrollo comunitario con el uso de tecnologías digitales y fortalecer la inclusión digital. En América Latina y el Caribe hay muchos tipos de telecentros, desde los más básicos, que nacen de la gestión propia de una comunidad y en los que no existe buena conectividad a la Internet. También los centros tecnológicos multipropósito en los que se combinan diversas tecnologías digitales avanzadas con conectividad de banda ancha a los servicios de Internet. Existen experiencias de telecentros que operan en escuelas, casas de la cultura o dependencias de gobierno local y otros que funcionan en organizaciones comunitarias o no-gubernamentales. En algunos casos, los telecentros funcionan en instalaciones independientes, en zonas comerciales o lugares turísticos. Estos últimos tienden a ser pequeñas empresas comerciales que ofrecen servicios de computación y conectividad como negocio, frecuentemente combinados con servicios de cafetería o restaurante.
Aunque todos estos pueden ser llamados genéricamente telecentros, en este documento distinguimos tres tipos de experiencias relacionadas con el acceso público a las tecnologías digitales:
Telecentros comunitarios
Los telecentros comunitarios son experiencias que utilizan las tecnologías digitales como herramientas para el desarrollo humano en una comunidad. Su énfasis es el uso social y la apropiación de las herramientas tecnológicas en función de un proyecto de transformación social para mejorar las condiciones de vida de las personas. La tecnología y la conectividad son importantes pero no suficientes para la buena marcha de los telecentros comunitarios y la consecución de sus objetivos de desarrollo.
En los telecentros comunitarios se forman facilitadores/as y promotores/as comunitarios/as, no solamente en aspectos técnicos de información y comunicación sino también en los usos estratégicos de las tecnologías digitales para el cambio social. Los locales de los telecentros comunitarios son lugares de encuentro e intercambio, espacios de aprendizaje, crecimiento personal, y movilización para resolver problemas y necesidades de la comunidad.
Ciber-cafés o Café Internet
Estos son centros de acceso público a tecnologías digitales que tienen el fin de generar una ganancia para sus propietarios. Con frecuencia ofrecen servicios combinados de computación, conectividad y comidas, por lo que genéricamente se los llama ciber-café o café Internet. Con o sin comida, los ciber-cafés ofrecen desde servicios básicos de correo electrónico, navegación web o juegos electrónicos, hasta servicio de llamadas de larga distancia, quemado de discos, escaner, impresión láser y fotografía digital. Con frecuencia ofrecen capacitación básica en el manejo de las herramientas, si esto les ayuda a ganar nuevos clientes. Para que los ciber-cafés sean negocio, en general, se ubican en zonas donde hay más gente con mejor capacidad de pago, no en zonas rurales marginales urbanas. Tienden a concentrar sus servicios sobre lo que resulte más rentable. De este modo, en los ciber-cafés el interés social o de desarrollo, - si lo hay - ocupa un lugar secundario.
Otras actividades de conectividad
Hay muchos proyectos y experiencias de uso de tecnologías digitales y conectividad que no son telecentros: éstas incluyen redes académicas o escolares, servicios de información pública gubernamental, sistemas de compras o licitación electrónicas, etc. Aunque éstas usan tecnologías digitales y pueden tener un efecto indirecto sobre el desarrollo humano, no las consideramos como parte de las experiencias de telecentros comunitarios.
Principios básicos para telecentros comunitarios
Estos son algunos principios básicos para la operación de un telecentro comunitario:
Participación de la comunidad
Dada la novedad de las nuevas tecnologías digitales, la mayoría de los telecentros nacen como una iniciativa que llega de fuera de una comunidad. Sin embargo, la participación es el elemento más importante para el éxito y la sostenibilidad del telecentro. Promover la participación de la comunidad en el diseño, montaje y mejoramiento continuo del telecentro provoca un proceso más lento, pero ayuda a que la comunidad se adueñe y se comprometa con el funcionamiento exitoso del telecentro comunitario. Por esta razón no es sorprendente encontrar telecentros comunitarios en los que ni siquiera hay buena conectividad: telecentros sin "tele". Estos tienen la ventaja de contar con mucho tiempo para enfocarse sobre las necesidades de la comunidad, introduciendo la tecnología poco a poco.
Consolidación de una visión social
Más que un asunto de conectividad, los telecentros ofrecen una oportunidad de acceso, uso y apropiación de tecnologías digitales para solucionar problemas y contribuir al desarrollo humano integral. El punto de partida no es la instalación de equipos y conexiones sino la organización comunitaria para la solución de sus problemas específicos, los cuales pueden cambiar de un contexto a otro. La mejor manera de anclar los telecentros en una visión social es planearlos e instalarlos de manera que se integren a otros espacios y actividades de comunicación que funcionen bien en la comunidad. Las más frecuentes pueden ser: radios comunitarias, bibliotecas públicas, casas de la cultura, organizaciones comunitarias y escuelas.
Gestión y utilización de tecnologías apropiadas
La gestión de un telecentro comunitario responde a la misión social de sus actividades y hace uso de las herramientas tecnológicas que sean más apropiadas para ayudar a resolver los problemas. Hoy es posible montar y operar un telecentro con equipos básicos de computación, utilizando programas que operan sobre sistemas abiertos como GNU/Linux, en lugar de sistemas y programas comerciales dominantes y costosos.
Formación y capacitación permanente
El talón de aquiles de los telecentros, como de muchas otras experiencias de comunicación popular y comunitaria es la capacitación de operadores/as y usuarios/as para sacar el mejor provecho de las tecnologías disponibles. Sin capacitación el telecentro comunitario muere por la inercia de operadores/as que no logran ayudar a los/las usuarios/as, o por la ausencia de usuarios/as capaces de sacar el jugo a la tecnología disponible. Los ciber-cafés con frecuencia ofrecen capacitación básica a los clientes para usar el correo, la navegación web o el chat, con el fin de asegurar su retorno como consumidores/as. En los telecentros comunitarios la capacitación va mucho más lejos, apoyando a que los/as usuarios/as puedan entender de qué manera las tecnologías digitales pueden solucionar sus problemas y aportar a su desarrollo humano integral.
¿Para qué sirve un telecentro comunitario?
Estos son algunos de los campos en los que los telecentros comunitarios de América Latina y el Caribe contribuyen al desarrollo humano integral:
Empleo y microempresa
Fortalece habilidades y conocimientos que abren nuevas puertas a empleo o a la generación de ingresos propios y ayuda a consolidar las microempresas mejorando su gestión, mercadeo, compras y publicidad.
Salud
Facilita el acceso a información sobre enfermedades, tratamientos, medicina preventiva y alternativa, higiene y educación sexual.
Educación
Apoya las actividades escolares y contribuye a la educación no formal en las comunidades, especialmente con la niñez y la juventud.
Fortalecimiento de la autoestima
Ayuda a reconocer las capacidades propias, a visualizar un mejor futuro, a desarrollar la creatividad y a fortalecer el trabajo en equipo.
Organización comunitaria
Propicia la construcción de nuevas formas de organización, fortaleciendo las capacidades individuales y colectivas, promoviendo nuevos líderes y ayudando a solucionar problemas y necesidades concretas en la comunidad.
Fortalecimiento de grupos marginados
Ofrece herramientas que fortalecen y defienden las voces de grupos indígenas, grupos de mujeres, campesinos, jóvenes y otros sectores marginados o explotados.
Descentralización e incidencia política
Dinamiza la participación comunitaria y la información para la incidencia política, facilita la comunicación con gobiernos locales, fortalece la descentralización administrativa y la realización de trámites.
Planificación urbana
Apoya la organización comunitaria en la planificación y ejecución de proyectos de vivienda, prevención y mitigación de desastres y mejoramiento de servicios públicos y espacios comunales.
Información y conocimiento
Ofrece acceso a nuevas y más diversas fuentes de conocimiento e información y permite la expresión de una visión propia; fortalece el intercambio de experiencias y la colaboración con grupos y redes a nivel nacional e internacional y facilita la comunicación con emigrantes y desplazados/as.
Comunicación y cultura
Facilita la creación de diferentes formas de expresión artística y cultural, con el uso de las tecnologías de comunicación de utilidad para la comunidad: video, radio, medios impresos, internet, programas de animación, etc.
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